Tras el derrumbe del 20% registrado en noviembre, el consumo en supermercados y autoservicios muestra nuevas señales de contracción en las dos primeras semanas de diciembre, un mes que históricamente anticipa un aumento en las ventas por las fiestas. Según estimaciones preliminares de consultoras privadas, las primeras mediciones del mes marcan una caída interanual incluso más profunda que la registrada el mes pasado, a la espera del “momento de la verdad” en la segunda mitad del período.

El dato resulta preocupante para el sector, ya que revela una aceleración en la recesión del consumo en el momento clave del calendario comercial. Sin embargo, expertos en consumo masivo explicaron a El Destape que el desplome también responde a un efecto de base comparativa: en diciembre de 2023, con Milei como presidente electo y la expectativa de una fuerte devaluación, los consumidores se adelantaron a las compras de las fiestas, lo que generó un incremento inusual en las ventas de esa etapa.

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De todos modos, al comparar con diciembre de 2022, las primeras dos semanas del mes mostraron una caída de entre el 14% y el 15%, lo que confirma que la crisis del poder adquisitivo sigue profundizándose. La recesión y la pérdida del salario real, factores que vienen golpeando el consumo desde mediados de año, se combinaron con el ajuste de shock implementado por el ministro de Economía, Luis Caputo, que incluyó una suba del tipo de cambio del 118%.

En los últimos cuatro meses, las caídas en las ventas de supermercados y autoservicios oscilaron entre el 17% y el 22% interanual. Mientras que en la primera mitad del año la contracción promedio fue del 9,6%, a partir de agosto —con la devaluación post PASO del entonces ministro Sergio Massa— se profundizó el desplome debido a una base de comparación más alta, dinamizada por el consumo de emergencia y las medidas sobre los ingresos que impulsaron las ventas.

Ahora, la segunda mitad de diciembre podría moderar levemente la caída del consumo, debido a que la comparación será contra las muy bajas ventas registradas en la última quincena del año pasado, cuando ya se sentían los primeros efectos de la inflación post-devaluación. No obstante, el balance general del mes difícilmente sea positivo.

Las consultoras especializadas anticipan que el índice global de consumo de diciembre marcará una caída, dado que el último mes de 2023 —a pesar del contexto de crisis— había cerrado con un leve crecimiento interanual del 1,4%. En contraste, el escenario actual, marcado por la inflación, la recesión y la falta de recuperación del salario real, sugiere que la tendencia a la baja en las ventas de bienes básicos seguirá profundizándose.

De esta manera, el último mes del año expondrá con claridad el impacto a largo plazo de las políticas de ajuste económico implementadas por el Gobierno, con un consumo que se desploma en el inicio de un período clave para el comercio.