La biblioteca del conocimiento.

Cuenta la leyenda, que en un lugar -no se sabe bien cuál-ya que como ocurre con el Santo Grial y tantas otras cosas misteriosas, no es posible precisar la exacta ubicación. En ese lugar, decíamos,  hay una biblioteca, en donde cada hecho de la vida en esta tierra, por minúsculo que sea, se transcribe en un libro y se copia automáticamente en otro y en otro y así sucesivamente para que no se borre nunca. ¿Por qué? Dicen sobre los animales que algunos creyeron ver y no se vieron más, que fue porque algún aprendiz se apoyó en aquel tan delicado lugar y los borró con el codo. Se dice que así pasa con todo lo que uno olvida.

No se sabe bien donde está. No me pregunten más. Se han contado muchas historias, demasiadas. Algún transeúnte aseguró ver salir una persona algo extraña de un ombú. Otro vio perderse a uno en un callejón. Por eso se dice que la biblioteca viaja y estos serían los escribas. Algunos afirman que se mueve a través de la sombra. Pero todos creen que puede estar en tres lugares: detrás del Laboratorio Iconic, o en las inmediaciones de la fábrica abandonada que se halla en un pueblo desierto cercano a Londres. Pero el 70 por ciento asegura que está en la montaña Wáter Heights, en la parte más alta de la torre. Los ciudadanos interrogados coincidían en dos cosas: esa extraña vestimenta y esa mirada altanera, como sobrándolos. Muchos afirman que son dos, y que uno te mira como si te examinara, a veces triste, alegre o sorprendido. A veces asustado como si supiese cosas…

PAZ GUEVARA