Ubicado en el noroeste de Chubut, dentro de la Comarca Andina del Paralelo 42, el pequeño pueblo de Epuyén es uno de esos lugares que sorprenden por su belleza natural intacta y su clima de serenidad absoluta. Su nombre proviene del mapudungun y significa “dos que van”, en referencia a los cursos de agua que atraviesan el valle. Su historia está marcada por la presencia mapuche, la llegada de colonos europeos y el desarrollo agrícola y forestal que dio forma a la comunidad actual.

Epuyén se caracteriza por su profundo respeto por el entorno natural. Sus habitantes adoptaron hace años un modelo de crecimiento sostenible, lo que contribuyó a preservar sus bosques nativos, su lago de aguas puras y sus paisajes de montaña sin masificación turística. Hoy, es un refugio ideal para quienes buscan silencio, aire puro y experiencias auténticas en la Patagonia.

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Uno de los mayores atractivos es el Lago Epuyén, considerado uno de los lagos más limpios de la Argentina. Sus aguas transparentes y calmas permiten actividades como kayak, natación, trekking costero y avistaje de aves. Rodeado de montañas y bosques, es un lugar perfecto para pasar el día entre playas agrestes y miradores naturales.

Otro sitio imperdible es el Cerro Coihue, un sendero que ofrece vistas panorámicas de todo el valle y del lago. Es una caminata de dificultad media pero accesible, ideal para quienes disfrutan del trekking. Desde su cumbre, la postal del azul turquesa del lago rodeado de montañas deja sin aliento.

El tercer atractivo destacado es la Feria Regional de Epuyén, una de las más reconocidas de la Comarca. Allí se encuentran artesanías en madera, hilados, productos orgánicos, cervezas artesanales y gastronomía local. Es también un punto de encuentro cultural donde se presentan músicos, artistas y proyectos comunitarios, reflejando el espíritu creativo del pueblo.

Epuyén invita a disfrutar de un ritmo calmo, de caminatas entre bosques, de playas de piedra tibia, de sabores caseros y de un contacto cercano con la naturaleza. Un lugar donde la paz se vuelve protagonista y cada paisaje parece salido de una postal. Ideal para desconectar, respirar profundo y redescubrir la esencia de la Patagonia.